Hasta pronto querida mamita
Diez días antes
del fallecimiento de mi querida mamita (así la llamaba a mi abuelita),
coincidimos en la celebración del cumpleaños de mi hermano menor. Ella, como
siempre alegre, que a pesar de su edad se mostraba vigorosa.
Sonó una
canción que sé que a ella le gustaba, no dudé en ir a invitarla a bailar, ella
aceptó y bailamos toda la canción, aplaudía alegremente de vez en cuando mientras
bailaba.
Terminó la canción
y fue a descansar al lado de mi papito (así lo llamo a mi abuelito), no la
invité a bailar otra canción, porque pensé que se cansaría mucho.
No hubo más baile.
Mi tío, mi papá, mi hermano y otras personas invitadas se pusieron a conversar a
cerca de los trabajos en las minas.
De un momento a
otro, mi tío cambió de tema y comentó lo siguiente:
- En un mes y medio mi mamá cumplirá un año más de vida y quiero celebrarlo. Me gustaría que toda la familia esté presente; hijos, nietos, sobrinos y los familiares políticos, quiero hacerlo a lo grande.
Vi en la cara
de mi mamita una alegría total…
Se empezó a
coordinar para la comida, una tía comentó que debería hacerse una “pachamanca”,
mi hermano opinó una “parrillada”.
Mi tío asintió
las ideas y agregó que tiene un amigo que es del centro del Perú y nos ayudaría
a realizar la “pachamanca” (“pachamanca” es el plato típico del centro del
Perú).
Pasaron rápido
las horas y nos dimos cuenta que ya eran las horas de regresar a casa. Nos despedimos
y cuando llegué a despedirme de mi mamita me dijo:
- Hijito, tu tío dice que va hacer mi cumpleaños, te vas hijito, te espero.
Le respondí con
una sonrisa:
- Claro mamita, allí estaré para bailar nuevamente.
Pensé en
llevarla una serenata para su cumpleaños o llevar al grupo de músicos que
tanto le gustaba. Para esto coordinaría con mis primos para dar la sorpresa.
Por la noche
nos reunimos a jugar fulbito en un campo sintético con mis demás primos, un
primo se acercó y me invitó a la celebración de su cumpleaños a realizarse dos
días después, que lamentablemente no pude ir por cuestiones de trabajo…
Me comentaron
luego, que mi mamita estuvo presente en el cumpleaños de mi primo, como siempre
alegre, preguntando por la salud de los demás, demostrando preocupación por sus
hijos, nietos,… se entristecía cuando no los veía.
Mi mamita siempre visitaba a la casa de mi mamá, pero ocurrió algo diferente al siguiente día del cumpleaños de mi primo.
A los cuatro días del cumpleaños, me escribió mi prima por whatsapp, preguntándome si sabía de lo mal que se encontraba mi mamita. Me indicó que mis tíos lo habían llevado a una clínica para la atención médica, y sin embargo no lo dejaron que se atendiera allí por el elevado costo de la clínica, por lo que ya se encontraba en el hospital. Fue un jueves, aún me encontraba en el trabajo, pero mediante llamadas telefónicas averigüé qué es lo que tenía mi mamita.
Mi mamita siempre visitaba a la casa de mi mamá, pero ocurrió algo diferente al siguiente día del cumpleaños de mi primo.
- Me llamó desde lejos para preguntarme sobre un tema, me extrañó porque no llegó a mi casa. Cuando le dije que llegara a la casa, me contestó que se encuentra muy cansada - comentó mi mamá.
A los cuatro días del cumpleaños, me escribió mi prima por whatsapp, preguntándome si sabía de lo mal que se encontraba mi mamita. Me indicó que mis tíos lo habían llevado a una clínica para la atención médica, y sin embargo no lo dejaron que se atendiera allí por el elevado costo de la clínica, por lo que ya se encontraba en el hospital. Fue un jueves, aún me encontraba en el trabajo, pero mediante llamadas telefónicas averigüé qué es lo que tenía mi mamita.
Me dijeron que
tenía aneurisma. ¡Qué triste fue saber esto!, sabiendo que un amigo
mío falleció por una aneurisma hace cuatro meses atrás.
Al siguiente
día (viernes), fui a visitarla al hospital, la encontré muy mal, conectada a un
respirador artificial, postrada en una de las tres camas de un cuarto del
hospital. Me puse muy triste, sin saber qué hacer para poder ayudarla.
El día sábado
me llamó mi hermano para informarme que mi mamita se encontraba en peores
condiciones que del día anterior...
Hubo algo en el hospital que me indignó. Mis tías que habían estado con ella todo el tiempo en el hospital, habían notado la pésima atención de las enfermeras que trabajan allí para con los pacientes.
Hubo algo en el hospital que me indignó. Mis tías que habían estado con ella todo el tiempo en el hospital, habían notado la pésima atención de las enfermeras que trabajan allí para con los pacientes.
- Mi mamá pedía agua, pero no lo dimos por órdenes de las enfermeras. Cuando las enfermeras colocaron la sonda nasogástrica en mi mamá no tuvieron el menor cuidado, le hirieron hasta sangrarlo, mi mamá intentaba defenderse con sus manos, pero lo amarraron con una cuerda – dijo mi tía “Isi”.
- Sí, así tratan estas enfermeras a los pacientes, a la viejita que estaba en la otra cama, le gritaron, le ataron las manos sin el menor cuidado, la desgarraron la débil piel y sangraba. La señora llamada desesperadamente, mencionando algunos nombres que seguramente son de sus hijos, tengo fotografías en mi celular – dijo mi tía “Fely”.
- Cuando, reclamé por los mal tratos que estaban dando las enfermeras, a mí me sacaron y me prohibieron ingresar al hospital – agregó mi tía “Isi”.
Mi tío “Toño”,
en voz alta se dirigió a las demás personas que estaban en la sala de espera
del hospital:
- Señores, les pido por favor, si tienen dinero, es mejor que a sus pacientes no los traigan acá al hospital, el trato de las enfermeras es inhumano, hagan el esfuerzo y llévenlo a una clínica privada, que la atención es mucho mejor. Lamentablemente mi madre ya no se puede recuperar, quizás también se deba al mal trato de las enfermeras.
La gente sólo
miraba, algunos con atención y otros lo ignoraban.
A las 07:00 pm,
recibo la llamada de mi tío “Toño”:
- Sobrino, por favor tráeme un sacerdote para los “santos óleos”, ya que la mamita no se recuperará y ha empeorado su salud.
Me puse pálido,
llamé a mi hermano para comunicarle la noticia, él se encontraba en clases
de la universidad, fuimos a buscar un sacerdote por las iglesias católicas. Después
de cinco intentos, encontramos al fin un sacerdote disponible. Llegamos al
hospital a las 09:00 pm aproximadamente.
El vigilante de
la puerta no quiso que ingresara al hospital a verla a mi mamita, aduciendo que
hay mucha gente dentro del hospital, tuve que rogarle para poder despedirme de
ella.
Llegamos al
cuarto del hospital, encontré a mis dos tíos con ella al costado de la cama. Mi
mamita se veía muy mal, los ojos cerrados y no podía hablar, pero aún respiraba.
El sacerdote
hizo la celebración de los “santos óleos”, mi tío “Toño” lloró abrazándola a mi
mamita.
Después de
haber terminado la celebración del sacerdote, me acerqué al oído de mi mamita y
le dije:
- Mamita, gracias por el gran amor que nos diste a todos tus hijos, nietos y demás familiares. Gracias por todos tus consejos sabios que me diste. Trataré de imitarte en todo lo bueno que has hecho en esta vida... y me despedí con lágrimas en mis ojos.
…
Fui a descansar
a mi casa a las 11:00 pm, no pude dormir, por la situación crítica que estuve pasando.
A la 01:50 am del día domingo, recibo una llamada de mi hermano en donde me avisaron que mi mamita dejó este mundo.
A la 01:50 am del día domingo, recibo una llamada de mi hermano en donde me avisaron que mi mamita dejó este mundo.
A las 08:00 am
retiraron el cuerpo de mi mamita de la morgue del hospital. Se escucharon unos
desgarradores llantos de la familia que se encontraba en las afueras del
hospital.
…
Cerca de mil personas
nos visitaron, durante los cuatro días del velorio, llevaron arreglos florales que adornaron el cajón de mi mamita, en vida fue una gran mujer, sencilla, caritativa…
El llanto de impotencia frente al cuerpo de mi mamita, sabiendo que no lo tendremos más físicamente con nosotros.
Vimos caer una lágrima de los ojos de mi mamita, ¿será señal de algo?. Sólo Dios lo sabe.
El día del entierro se celebró la misa del cuerpo presente, quedando en el recuerdo por la realización junto a la naturaleza, que ha sido la compañera de toda la vida de mi mamita y las sabias palabras del sacerdote.
El llanto de impotencia frente al cuerpo de mi mamita, sabiendo que no lo tendremos más físicamente con nosotros.
Vimos caer una lágrima de los ojos de mi mamita, ¿será señal de algo?. Sólo Dios lo sabe.
El día del entierro se celebró la misa del cuerpo presente, quedando en el recuerdo por la realización junto a la naturaleza, que ha sido la compañera de toda la vida de mi mamita y las sabias palabras del sacerdote.
¡Hasta pronto
mamita querida!, te tendremos siempre en nuestros corazones, fuiste un ejemplo de persona.
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